¿Recuerdas cuando aprendiste a navegar? Si la respuesta es sí, seguramente te vendrá a la mente tu primer monitor de vela y su método de enseñanza. Si la respuesta es negativa, no te preocupes, puedes revivir esa experiencia en cualquier escuela náutica. El proceso de aprendizaje en la vela ligera no ha cambiado demasiado con el paso de los años.
Durante las etapas de iniciación y perfeccionamiento hay ciertas indicaciones que se repiten constantemente, y hoy nos centraremos en el comando "barco plano" que se usa una y otra vez. Entonces, ¿por qué se repite tanto esta instrucción?
Existen varias razones para esto. Una de ellas podría ser que, entre el ruido y la emoción, los alumnos no logran escucharla correctamente (siempre es bueno mantener el humor 😅).
Otra posibilidad es que realmente no comprendan lo que se les está pidiendo. En ese caso, es crucial tomarse el tiempo necesario para explicarlo detenidamente en tierra firme.
Sin embargo, según mi experiencia, la razón más común es que los navegantes novatos simplemente piensan que el barco ya está plano... la perspectiva desde dentro del barco es muy diferente a la de una persona observando desde una lancha, resultando mucho más fácil ver la inclinación desde fuera que desde dentro.
Durante mis años como monitor de vela, me encontré con esta situación en repetidas ocasiones. Para ayudar a los alumnos a comprender mejor, solía emplear un pequeño truco: les decía que cuando creyeran que el barco estaba plano, probablemente estuviera un poco escorado. Y si realmente querían mantenerlo plano, debía darles la sensación de llevarlo ligeramente contraescorado, es decir, inclinado hacia barlovento.
Después de compartir esta anécdota, me gustaría enseñaros un producto simple pero muy útil: el inclinómetro de Windesign. Al pegar este pequeño y ligero nivel en el barco, no solo ahorramos tiempo en explicaciones, sino que también ayudamos a los alumnos a comprender y corregir por sí mismos la inclinación de la embarcación. En mi opinión, es un producto que merece mucho la pena.
¡Que tengas siempre buenos vientos!
David